¿Alguna vez has tenido la sensación de que un
momento determinado se está repitiendo como si ya lo hubieses vivido antes?
En “La conjura de los genios” vienen dos posibles explicaciones. Una es bastante aceptada y ortodoxa.
La otra es esta:
Parte del supuesto de que nuestra vida es una totalidad que existe en la eternidad, sin pasado,
presente, ni futuro y la percepción del tiempo es una apariencia que surge a
causa de que nuestra consciencia trabaja de forma secuencial. Es como si fuese
una cinta de vídeo que existe toda a la vez, pero que si alguien la reproduce
tiene unas escenas pasadas ya y otras que aún no ha visto. O sea, que hace
falta alguien que ponga el vídeo para que exista el tiempo, porque en realidad todas las
escenas existen simultáneamente. En fin, que hace falta un observador, como en
la física cuántica.
Y este observador es uno mismo. El yo
o la parte consciente del yo, porque otra parte, a la que llamaremos daemon,
ya conoce la película en su totalidad. Esta especie de doble, el daemon, se relaciona con el hemisferio derecho del cerebro y con sus propiedades: ser
más intuitivo, global, etc.; y, como conoce el vídeo de nuestra vida, nos sirve
de guía y se supone que es el responsable de esas decisiones inesperadas y
acertadas que tomamos a veces: lo que solemos llamar intuiciones o corazonadas.
También es el que se encarga de guiarnos en la muerte y por eso los que han
estado a punto de morir dicen que ven su vida pasar como en una película.
Así, el fenómeno déjà vu
sería una filtración del futuro, una información que se le ha escapado al
daemon.
Curiosamente, a lo largo de la
historia se pueden rastrear múltiples indicios que conectan con esta hipótesis; desde algunas referencias en la Ilíada; o la voz que, según Platón, servía de
guía a Sócrates; pasando por la tradición cristiana del ángel de la guarda y
las voces que aconsejaban a Juana de Arco en sus combates; llegando al
mismísimo Juan Matus de Castaneda, que dice tener a la muerte como consejera
permanente.
En todo caso, el daemon se serviría
del hemisferio cerebral derecho y sus intuiciones para hacer su trabajo de
consejero y una mala comunicación entre ambos hemisferios podría resultar en un
déjà vu.
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